Hubert Fichte (1935–1986) era un autor y etnólogo alemán cuya obra se sitúa a medio camino entre las (auto-) observaciones subjetivas-poéticas y las descripciones científicas de sus objetos de estudio, entre los Queer Studies y los estudios post-coloniales. Nació en 1935 en Perleberg como hijo de una pareja germano-judía y pasó la mayor parte de su infancia en Hamburgo. Su biografía está marcada por la experiencia de la Segunda Guerra Mundial con las evacuaciones de los niños en el campo de Baviera y Silesia y las discriminaciones sufridas por ser “medio judío” según las leyes de Núremberg en vigor en aquel entonces.

El encuentro precoz con la fotógrafa Leonore Mau (1916–2013), a la que conoció ya en 1950 cuando estudiaba teatro y actuaba en el Theater im Zimmer de Hamburgo, fue decisivo para la creación de Fichte. Su amistad se transformó en una relación profesional y personal para la vida que llevó a los dos a viajar por todo el mundo entre los años 1960 y 1980 con el proyecto común de encontrar nuevos accesos a la etnología mediante la observación, la escritura y la fotografía. La pareja hizo trabajos de investigación en países como Brasil, Argentina, Chile, Haití, Tanzania, Etiopía, Burkina Faso, Senegal, Trinidad y la República Dominicana. Además de sus propias publicaciones etnográficas y tomos “etnopoéticos” como Xango (1976) y Perejil (1980) , Fichte también publicó varios libros de fotografías junto con Mau.

Fichte, que era miembro del Grupo 47, se considera un autor de intereses muy variados. Fichte, quien se crió como hombre bisexual en la Alemania post-fascista y al principio se dedicaba a la etnología de su propia cultura que se manifestaba en textos como Wolli Indienfahrer (1979/1983), también conocidos como “entrevistas de St. Pauli”, era al principio un escritor de éxito de la cultura pop y vanguardista al comienzo de los años 1960. Fichte amaba las culturas africanas y de la diáspora africana y a partir de los años 1960 su principal interés de investigación pasaron a ser esas y otras culturas no europeas.

Según Fichte el reto de la etnología moderna consistía en superar el carácter colonial de las formas establecidas del saber en la antropología y la etnología, así como sus políticas supuestamente racistas. Esta difícil tarea lo llevó a veces a los límites de su trabajo y de sus accesos a los objetos de investigación respectivos, ya que el etnólogo que era Fichte nunca dio con el método claro o incluso una perspectiva fiable, cosa que se afanó por encontrar observando y escribiendo. En algunas de las novelas, colecciones de ensayos y piezas radiofónicas que comprende su gran proyecto Die Geschichte der Empfindlichkeit (Historia de la Sensibilidad), que debía tener 24 tomos, parece a punto de desesperar por su posición como autor sumamente subjetivo-poético y científico paciente, entre la posición del periodista político y el observador sin piedad de sí mismo.

La obra de Fichte y sobre todo su Die Geschichte der Empfindlichkeit que quedó incompleta representan un nuevo acceso a la etnología con poca recepción internacional hasta ahora y que se distingue claramente del discurso de su tiempo en la República Federal de Alemania. Aunque en un principio el hambre y la pobreza en los países del llamado “tercer mundo” formaban parte de sus intereses , en muy poco tiempo su mirada se fijó en las formas de resistencia no violenta, el auge del turismo, sobre todo del turismo sexual, la psiquiatría en África occidental y las religiones africanas y marcadas por la diáspora africana alrededor del Black Atlantic como el Candomblé brasileño.

La prosa experimental de Fichte se basa en sus textos etnográficos, periodísticos y poéticos en procedimientos dialógicos. Es concisa, sobria e implacable, a veces también desbordante, musical y cómica. El autor deja que sus lectoras y lectores participen en sus propias dudas y la sensación de desesperación respecto a los accesos metódicos.

Para Fichte una de las soluciones posibles para descolonizar su propia posición de etnólogo y escritor blanco consistía en aceptar las prácticas culturales y de culto. Eso hizo que Fichte, que murió en 1986 en Hamburgo, fuera uno de los primeros en entrar en contacto con las corrientes vanguardistas de la época como el minimalismo, Fluxus y Happening. También aquí introdujo una visión nueva de la etnología al observar sus dimensiones artísticas bajo criterios estéticos.

La obra de Fichte fue objeto de intensas investigaciones en los países de habla alemana en los años 1990 y 2000. En cambio apenas ha habido una recepción en los países a los que viajó con Leonore Mau. Con varias exposiciones y traducciones de prosa, el proyecto de cooperación Hubert Fichte: Love and Ethnology (Amor y Etnología) del Instituto Goethe y de la Haus der Kulturen der Welt con el apoyo de la S. Fischer Stiftung y del S. Fischer Verlag ofrecen primeros accesos a la recepción y primeras posibilidades de acercarse a la obra de Fichte en los países que ha explorado.